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lunes, 3 de diciembre de 2012

El ridículo régimen de asistencia en el sistema escolar argentino (vivido en carne propia)



Queridos homeschoolers:
                                           
                        Dada la iniciativa y apoyo recibido en este último tramo del año, no solo por la satisfacción de ver que medianamente mi blog se está haciendo conocido, que Uds., sí, mis lectores tienen la amabilidad de ponerse en contacto y comentarme sus pareceres, vivencias, y todo aquello que tienen a mano sobre la educación desescolarizada, es que estoy sumando fuerza y determinación para apelar al derecho que me asiste como ciudadana argentina, y en particular, como habitante de la provincia de Buenos Aires, e insertar, de una vez por todas, a mi hijo como alumno libre, a fin que su formación académica hasta aprobar, al menos, el nivel de la Escuela Secundaria Básica (ex EGB 3) se desarrolle en el seno de nuestro hogar, ajeno al protocolo social que impone la vida escolar.

En una de las primeras entradas que inserté, comenté varias de las cuestiones encuentro inadecuada la vida escolar para mí  y mi núcleo familiar.  Un hecho no menor, pero agradezco a la directora por su fiel comprensión, fue el hecho que vivimos el día viernes pasado (30/11), que dado el clima reinante, el remis que tenemos reservado para el horario de entrada, llegó con un retraso de más de treinta minutos, consecuentemente, ya habíamos excedido el margen de llegada al establecimiento, pero de todos modos, fuimos igual. Tomás, al bajarse del auto, estaba sudoroso, con la cara más que pálida y me dijo: mamá, no me siento bien, a lo que argumenté: - Hijo, tengo que presentarte igual, venimos de dos días de inasistencias, ya sé que no fue por tu culpa, sino porque yo me sentía mal (y no tenia manera de ir a buscarlo, dado a estarme recuperando de un cuadro digestivo viral, demoledor). No me hagas esto, no tengo cómo conseguir certificado médico, si faltás hoy también.

En, fin, se bajó del auto, llovizna mediante, y afortunadamente la directora ya estaba en su despacho, la chica que controla el ingreso fuera de hora, me dijo si necesitaba hablar con alguien, al verme ingresar conjuntamente con el nene, y me pidió que aguardara hasta que me pudiera recibir la directora. Dos minutos más tarde, se acerca la directora y le comento la situación, me dice lo siguiente: - Por la hora que es, son las 08 con 10 minutos, ya figura como ausente, (le explico el motivo de la demora, lo único que dijo fue: sí, te entiendo) y en cuanto al certificado, bueno, como CASO EXCEPCIONAL, lo omitimos, pero que el lunes concurra sí o sí. De todos modos, sintiéndose mal, tampoco lo dejaría ingresar al instituto, porque sería una desconsideración para con él y una responsabilidad para nosotros, como docentes.

Dicho esto, nos saludamos cordialmente y volvimos a casa. Cuál es el tema, dirán, no pasa por la actitud de la directora, sino por lo estrictamente ridículo que es nuestro sistema de ausentismo. Cuántas veces nos sentimos mal por un lapso de tres días, porque las virales cada vez son más feroces y/o no disponemos de los medios para llamar a un médico a nuestro domicilio, o perdemos el certificado, inclusive muchas veces los médicos que vienen a domicilio no quieren librar un alta médica porque NO CONOCEN EL HISTORIAL CLÍNICO DEL PACIENTE. Y esto no es algo que se escuche cada milenio, todo lo contrario, los médicos viven temerosos de los casos de mala praxis y sus consecuentes demandas penales y/o civiles, pero en medio todas estas cuestiones meramente protocolares quedan los chicos.

Yo entiendo que se deba tener un seguimiento del alumnado, pero con lo frecuentes que son los achaques en los niños, donde el sistema inmunológico está en pleno desarrollo, dicho por la ciencia misma, tendrían que adaptar ciertas cuestiones administrativas, en particular cuando hablamos de alumnos en edad escolar de nivel inicial y primario. Con esto no estoy haciendo apología de la dejadez sanitaria por parte de los padres ni mucho menos, pero en un caso como el de hoy, debería estar hecha la norma que habilite una excepción, puesto que era físicamente comprobable la lluvia torrencial que cubrió gran parte de Bs. As, haciendo que el tránsito vehicular colapsara.

Y así estamos, obviamente, más que cansados de la escolarización y su protocolo irracional, como deseosos de dar por terminado el ciclo escolar vigente.
Razones que me llevaron a buscar información sobre dónde presentar la solicitud para su reconocimiento como alumno libre, del siguiente nivel educativo, pues este año culmina su primaria.
Encontré direcciones para la zona de San Martín, Tres de Febrero y Hurlingham, incluso repasé nuestra CN, la Constitución de la Prov. De Bs. As., la Ley provincial bonaerense 13298, junto a las declaraciones universales, tanto de los derechos humanos como de los derechos del niño. Copiando artículo por artículo, refiriendo solo su nro., fue que basé mi presentación escrita, la cual compartiré en los días sucesivos, y adaptaré un modelo para cada nivel y/o necesidad, la cual cedo gentilmente como modelo para que cada uno confeccione la propia, modificando palabras conforme sus necesidades y criterio, a fin de hacer lo propio en la entidad correspondiente a su lugar de residencia.

Agradezco infinitamente a Pola (Paula), por su buena onda y empuje transmitidos, los cuales me dieron esa vuelta de rosca, necesaria para retomar esta idea que me cavila la mente desde hace dos años, al menos.

Cariños para todos.
Ximena

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