Buscar este blog

sábado, 15 de diciembre de 2012

EGRESADO DEL PRIMARIO, alegría INMENSA y momento de reflexión



Hola, homies:
Ayer fue un día importantísimo en mi vida, después de tantas batallas, llegó la dichosa (con una carga totalmente positiva) entrega de diplomas.
Me emocioné como una idiota atrofiada, no quería llorar para no avergonzar a Tomy, pero estaba en un hilo, y la alegría gral. de todos los presentes, era abrumadora.  Era un sentimiento masificado, pero lo que recalco fue la manera en la cual se desarrolló, en paz, con tranquilidad, nada que opaque el logro y reconocimiento para cada uno de esos seres que dieron por terminada una etapa más que importante en su vida.
Y pasando por esto, me pongo a pensar en que los Estados deberían asegurar que la vida escolar se diera en ese marco, en un marco de armonía, afabilidad, porque todos sabemos lo difícil que es educar  y criar a nuestros niños, y cuando llegan momentos como estos, es que vemos el fruto de esos eternos momentos de constante labranza, de frustraciones, de dudas, de equivocarnos y aprender, volver a equivocarnos y así hasta dar con la respuesta acertada, la medida justa, la opción analíticamente correcta.
Todos los niños merecerían un acto homenaje similar, sacando el escenario, con más o menos lujos, con o sin uniforme, pero con sonrisas, con lágrimas de felicidad, en comunión, aunque sin conocerse con el resto de los presentes, pero así.
Es frente a estas cosas que uno se plantea: ¿POR QUÉ NO HACEMOS COSAS ASÍ MÁS SEGUIDO? ¿Por qué no buscamos más causas que nos mancomunen? Que nos acerquen, que fijen lazos…
Yo no soy muy proclive a relacionarme con gente ajena a mi círculo íntimo, pero aquella mañana, y pese a que conocía a muy pocos de los presentes, y cuando digo pocos, hablo de una cantidad inferior a la suma de los dedos ambas manos, pero la energía tan fuerte y tan bienintencionada que se percibía, era hermosa. 
 

Viendo esto hoy, entendí cuál es el craso error, y ellos (las autoridades del Estado) no quieren entenderlo. La cuestión de socialización no está en el ámbito escolar, está en el resto de los momentos. Uno no hace amigos mientras está escuchando la lección de matemática, sino que los hace en los recreos, en los ratos libres, cuando hay que reunirse a estudiar. Por lo tanto, deberían dejar de insistir con la obligatoriedad de concurrencia a los establecimientos educativos para formarse, sino poner como medida exclusiva y de participación obligatoria, la creación y asistencia a cursos o grupos de estudio, que podrían llevarse a cabo durante los sábados o algunos días de la semana, cuando culmina la jornada del turno tarde, para los chicos bajo la modalidad regular. Talleres que no solo sirvan para sostener esa política de la socialización, sino que para controlar o visar el sano desarrollo de los niños. Obrarían de docentes y de asistentes sociales sin accionarlo de manera invasiva y amedrentadora. La cual sería otra manera de ayudarnos a los padres, a sobrellevar el costo económico educativo por cada niño.
Ese tipo de jornadas integradoras forjarían muchísimo para mejorar el panorama de muchos niños, y también a que las administraciones de los colegios privados debieran frenar sus ansias de incremento de sus arcas, debiendo dejar la usura para otras áreas, en caso de poder aplicarla ahí, obviamente. 
No sé, digo, ¿qué opinan?



Cariños para todos,
Ximena 

 


A título personal, dedico estas palabras al ser por el cual este blog tuvo sentido y origen:


"Hijo de mi vida, gracias por tamaña alegría. Estoy más que orgullosa de vos, te amo con toda la fuerza que mi humilde humanidad pueda ser capaz de procesar.

Sos mi aire, nunca me faltes."

                                                         Mamá

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, deje aquí su aporte. Muchas gracias.