Hola, homies:
Retomando un poco la actividad bloguista, traigo este
relato que me llegó y al cual encuentro más que apropiado dada la fecha, para
mantener viva la memoria y aprender a respetar la vida y los derechos de todos
y cada uno de los individuos que habitemos el planeta, más allá de nuestras
creencias religiosas y/o políticas:
Día del Recuerdo del Holocausto y el Heroísmo
Shalom amigos:
Este
boletín habla sobre la supervivencia, la supervivencia de los judíos
durante el holocausto. Este boletín se refiere a mi sobreviviente
personal del holocausto que falleció el verano pasado. Este boletín se
refiere a un niño, no un héroe, no una víctima, un niño que deseaba
vivir y mantener vivo a su hermano en circunstancias imposibles. Este
boletín se refiere a mi padre.
Años en París
Mi
padre, hijo de inmigrantes judíos polacos, nació (1932) y creció en
París. Sus padres decidieron darle un nombre francés, Henri, para tratar
de adaptarse al nuevo país. Durante la Segunda Guerra Mundial, su padre
se alistó en el ejército francés y cuando los alemanes invadieron
Francia atravesando la "Línea Maginot", lo tomaron como prisionero de
guerra. Su madre enfermó y falleció cuando mi padre tenía 9 años
(1941).
Ocultos en una iglesia
Después
de estos sucesos, enviaron a Henri y su hermano menor, Lucien, a
ocultarse en un pequeño pueblo de Francia llamado Foulletourte. Tenían
que ocultar su identidad judía para evitar que los alemanes los capturen
y los lleven a un campo de exterminio. El sacerdote del lugar hizo
participar a mi padre en el coro de la iglesia para acentuar su
condición de no judío, pero nunca le dio el pan santificado en honor a
su verdadera religión. Mi padre recordaba que él realmente deseaba
probar ese pan para ser igual a todos. En una posterior visita a este
pueblo, descubrimos que este sacerdote era miembro de la Resistencia
Francesa (un movimiento francés que luchaba contra la ocupación
nazi-alemana) y que fue capturado y asesinado por los alemanes.
Un niño en el campo de concentración de Drancy
Más adelante, se descubrió la condición de judío de mi padre y, a partir de ahí, tuvo que usar la insignia amarilla (טְלַאי צָהֹב) que era obligatoria para identificarlo como judío durante el régimen de Vichy en Francia.
Un
día, llegó la policía alemana y se llevó a mi padre, su hermano y otros
niños judíos a Drancy, un campo de tránsito no muy lejos de París. Con
el paso del tiempo se descubrió que la informante había sido la mujer
francesa que estaba a cargo de los niños. Irónicamente, su hijo era muy
amigo de mi padre.
Drancy era un campo que se utilizaba para alojar a los judíos (יְהוּדִים) que más tarde iban a ser deportados a los campos de exterminio (מַחֲנוֹת הַשְׁמָדָה).
Las condiciones en estos campos eran inhumanas, mi padre tenía hambre y
frío todo el tiempo, pero compartía con su hermano la poca comida que
recibía.
Una
de las mujeres que se encontraba en el campo, le sugirió que debía
pedirle al comandante de las SS del campo, Alois Brunner, que lo
trasladen a un orfanato, junto a su hermano, ya que su madre había
muerto y su padre era un prisionero de guerra.
El veredicto del oficial de las SS, Brunner
Alois
Brunner era conocido como el "hombre de confianza" de Adolf Eichmann y
fue el responsable de enviar unos 140.000 judíos europeos a las cámaras
de gas. Dedicaba una hora por día para hablar con sus prisioneros. Luego
de unas semanas aceptaron que mi padre, quien en ese entonces tenía 10
años de edad, hablara con Brunner.
Mi
padre recordaba haber entrado en una sala enorme. Esta sala tenía el
tamaño de todo un piso. En el piso inferior vivían sesenta prisioneros
en el mismo espacio. El comandante estaba sentado al final de la sala y a
mi padre le parecía interminable la distancia entre la puerta y el
comandante. Con mucho coraje, se acercó a la autoridad y le explicó su
situación con la ayuda de un traductor franco alemán. Brunner murmuró
algo en alemán que mi padre no comprendió.
Orfanato Guy Patin
Para
su sorpresa, unos días más tarde fue enviado con su hermano y otros
niños al orfanato Guy Patin. Los nazis tenían libre acceso al orfanato y
de vez en cuando buscaban a niños mayores para enviarlos a los campos
de concentración. Mi padre recordaba que cuando los nazis venían a
buscar víctimas para enviar a Auschwitz, él se escondía entre la pared y
el armario. Entre 65.000 y 80.000 judíos fueron deportados de Drancy,
de los cuales, más de 63.000 fueron asesinados, entre ellos 6.000 niños.
Mi padre y su hermano fueron más que afortunados.
Escapar a la Zona Libre
Pero
la suerte no era suficiente. Si bien mi padre sabía que el orfanato Guy
Patin no era un lugar seguro, no había nada que pudiera hacer. Un día,
un conocido de mi familia le hizo saber que lo iba a ayudar para que
escape con su hermano a la zona libre. Tenía que mantener esto en
secreto y no contarle a sus amigos ni a su hermano de 5 años, muy
conversador. Llegado el momento, se escaparon hacia una estación de
metro y se encontraron con la persona que iba a ayudarlos. Ahora debían
deshacerse de la insignia amarilla, pero luego de quitarla de su abrigo,
la marca de la Estrella de David en la tela era muy clara y podía
revelar su condición de judío. Fue al baño y manchó todo su abrigo para
que no se note la marca de la insignia. Finalmente llegaron a Marsella
que era la zona libre de Francia.
Esta
historia es sólo una parte de la historia de supervivencia de mi padre.
Nunca se consideró una víctima. Cuando era pequeña, ni siquiera sabía
que era la hija de un sobreviviente del holocausto, no porque él no
hablase del tema, sino porque nunca habló de si mismo como una víctima,
estaba demasiado ocupado construyendo su vida y el futuro de su familia.
Ahora
que esta generación se está desvaneciendo, dejando cada vez menos
personas que cuenten las historias de su propia boca, nos corresponde a
nosotros recordar, honrar y contar estas historias al mundo. Cada año,
el 27 o 28 de Nisan (8 de abril de 2013) conmemoramos en Israel el Día
del Recuerdo del Holocausto y el Heroísmo (יוֹם הַזִּכָּרוֹן לַשּׁוֹאָה וְלַגְּבוּרָה)
en honor a los seis millones de judíos que perecieron en el Holocausto
como resultado de las acciones realizadas por los alemanes nazi y sus
cómplices y a la resistencia judía en ese período.
להתראות,
Lehitra’ot,
¡Hasta pronto!
שירה כהן-רגב
Profesora de Hebreo en eTeacherHebrew
Mi saludo en silencio por todos los mártires que se
llevó ese enfrentamiento bélico, del cual NO HUBO NI UN SOLO VENCEDOR, SINO
VARIAS GENERACIONES DEVASTADAS.
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